El sábado pasado, Carlos III fue coronado como rey del Reino Unido en una solemne ceremonia celebrada en la Abadía de Westminster, en el corazón de Londres.
En el momento más importante del acto protocolario, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII.
Tras coronarlo, el arzobispo gritó a la congregación «Dios salve al Rey», seguido por el sonido de trompetas.
Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo delReino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.
Fuente: EFE